¡Salve a todos y a todas! Os estaba esperando. Mi nombre es Lucius Caecelius Apuleius, un romano del siglo V d. C. que vivía en esta residencia a las afueras de Tárraco. Aunque mi casa ya no son más que un puñado de ruinas, me encantaría enseñaros cómo era vivir aquí en mi época.
Si os dais la vuelta, giraos, por favor. Todos. Todos, por favor, daos la vuelta. Mirad, os voy a enseñar tres elementos fundamentales en nuestra ciudad. El primero, una vía larguísima que llega hasta el mar. El segundo, una casa señorial allí. Y el tercero, la basílica cristiana. Este edificio era el centro de la vida de la comunidad cristiana de la época. En esta gran estructura celebrábamos el culto religioso y también enterrábamos a los fieles. En excavaciones aquí se recuperaron los cuerpos de 132 personas. Sabemos, porque están muy bien alimentados, algunos con sobrepeso incluso, que esta era la zona donde vivía la gente de clase alta.
Allí, al este de la vía, encontramos una casa rectangular con un patio central, propiedad sin duda de una familia adinerada como la mía. Recuerdo que teníamos una zona donde recibíamos a nuestros invitados con una especie de sofá semicircular donde nos podíamos reclinar para comer, delicioso, y que también suponía una especie de escenario para los espectáculos que entretenían a quienes nos venían a visitar. En el lado este de nuestra casa teníamos los balnea. Los balnea eran unos baños privados que eran un elemento clave para la vida de una familia como la nuestra, adinerada. Contaba con tres salas para el agua de diferentes temperaturas: aquí el agua fría, el agua templada y el agua caliente gracias a un horno que además nos mantenía la casa, pues eso, calentita. Recuerdo con mucho cariño un mosaico decorativo, que todavía podéis visitar porque está muy bien conservado, que encontraréis allí.
Como quiero para vosotros una experiencia romana de lo más auténtica, os he preparado un desafío muy especial: recuperar las 19 monedas escondidas en este recinto. Para ello, primero tendréis que atravesar la zona del balneario, donde os he preparado una proyección mapping para que entendáis, a través de una perspectiva artística de la historia, cómo era nuestra vida allí. Y a continuación, ya que estáis aquí, podréis sumergiros en el siglo V a través de unas gafas de realidad virtual, una cosa modernísima, y cumplir con vuestra misión. Deseo que disfrutéis de la experiencia y recordad alea iacta est, la suerte está echada.